Si tienes una chispa creativa en tu interior y no sabes como canalizarla hoy te vamos a señalar el inicio de este viaje que si bien tiene un comienzo, nunca tiene fin, al menos no mientras tengas vida. Y no te lo decimos nosotros, te lo demuestra la historia, basta con analizar la vida y obra de cualquier compositor y te darás cuenta de como su desempeño, destreza y capacidades se desarrollaban y expandían hasta el fin de su vida. Mientras tengas vida, siempre hay algo nuevo que aprender, y tener esto claro es la base de tu crecimiento, así como no tenerlo es una sentencia de estancamiento asegurada.
Tu caja de herramientas
Así como los mecánicos dependen de una buena caja llena de herramientas, todo arreglista, cantautor o compositor también necesita una. A mayor cantidad y variedad de herramientas, más posibilidades tendrás al momento de crear, combinandolas con tu ingenio, creatividad y experiencia. Algunas de estas herramientas son:
- Dominio de uno o más instrumentos: Ten en cuenta que si bien no podemos tocarlos todos, si es necesario estudiar alguno, y si este no fuera el piano al menos se recomienda estudiar piano complementario, no es indispensable pero si lo haces nos lo sabrás agradecer.
- Estudiar a profundidad todo lo relacionado con la música: Lenguaje músical, entrenamiento auditivo, historia de la música, formas musicales, práctica coral, entre otros. Cuando necesitas de las herramientas que estas asignaturas tienen para ofrecerte sabes agradecer y reconocer haberlas cursado, porque si bien como todo en esta lista, no es indispensable, si te deja un crecimiento musical enorme lo cual se ve reflejado en tu trabajo.
- Armonía, contrapunto, análisis musical: Tus principales herramientas de trabajo, y que una vez las terminas te das cuenta de que día a día se siguen extendiendo y desarrollando, siempre salen cosas nuevas y mantenerte al día es necesario para tu crecimiento. Algunos prefieren una sobre la otra, pero dominarlas todas es lo que realmente te hará imparable.
- Escuchar mucha música, de todo tipo y de todas las épocas: Está bien tener tus favoritos, pero mientras más música escuchas más crece tu capacidad para crear y arreglar. El mejor ejemplo histórico sobre esto que podemos compartir es Mozart, quien fue como una esponja musical, y en su obra puedes notar de acuerdo a los acontecimientos relevantes en su vida como el adaptaba todo lo que escuchaba a su propia esencia. No se trata de copiar, se trata de crecer a traves del análisis de otros.
Tus primeras obras
Nadie nació aprendido, ni siquiera los mayores genios de la historia, por lo que no debes desanimarte si no estás conforme con tus primeros resultados, es natural, y la clave está en no parar y seguir haciendo. Imaginemos que ya te graduaste en tus estudios musicales (lo cuál es recomendado pero no obligatorio) y posees una caja de herramientas bastante surtida, cuando intentas arreglar o componer te das cuenta de que no sabes por donde empezar, es como hacer una construcción sin un plano, tienes tantos materiales pero no sabes donde o como utilizarlos.
Nuestra primera recomendación sería que busques la guía de alguien con mucha experiencia en el campo, que te lleve de la mano hasta que seas capaz de valerte sin ayuda, pero no te dejaremos «en el aire» sin señalarte el inicio de tu viaje.
Controla tus ideas
La música, como todo, tiene un orden, sabemos que si te encanta crear, tu mente esta volando con ideas, pero la maestría viene en tu capacidad de desarrollar esas ideas, no de saturar tu creación con muchas ideas sin un orden aparente. Parte de la base de una estructura, generalmente cuando se está empezando se quiere crear algo nuevo compás a compás, es el primer error que debes enfrentar.
Si creas una melodía, digamos que dura dos compases, no debes «inventar» una nueva melodía para el tercer compás, debes desarrollar esta melodía, realizar variaciones, crear respuestas, probarla en otra armonía, extenderla, reducirla, etc. Toma como ejemplo la quinta sinfonía de beethoven, el primer movimiento, tiene una duración aproximada de 7 minutos, y practicamente consta de 2 notas las cuales son desarrolladas y variadas magistralmente a lo largo de toda la obra. Son solo 2 notas, no hace falta más, y aquí es donde tu ingenio tiene que desarrollarse, como mantener a las personas interesadas en esas 2 notas, por 7 minutos, y por siglos después de tu muerte.
No te preocupes, no vas a empezar por algo tan complejo, recuerda que estás iniciando tu viaje, y el ejemplo anterior solo se utilizó para darte una idea de a lo que debes aspirar, además aplica a cualquier género e instrumentación, no es sólo para una orquesta sinfónica del período romántico, esto es algo muy presente en la música actual. Una de las estructuras más utilizadas es A-B-A-B, o en otras palabras, verso 1, coro, verso 2, coro. De esta forma cuando creas el coro ya la mitad de la canción estaría lista, y entre el verso 1 y 2 generalmente solo cambia la letra, y lo demás permanece igual.
Empieza simple
Puedes arreglar o componer para 1 o máximo 2 instrumentos, ponte retos, prueba varios generos, ve incorporando tus herramientas poco a poco pero no empieces «denso», la sencillez te ayudará a dominar los fundamentos básicos para que luego puedas hacer cosas más grandes. Es como con los instrumentos, empezaste haciendo escalas, no obras donde destaca el virtuosismo, y ten presente que arreglar y componer es muy similar a tocar un instrumento, debes estudiar, practicar, crecer y subir de nivel progresivamente.
Ahora que sabes por donde empezar, no esperes más, ve y has música, toma años desarrollarte como ejecutante, y también crecer como arreglista o compositor, pero lo más importante es empezar y ser constante. ¡Éxito en tu viaje!
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